El tema obligado
en estos días, tiene que ver con el monto de las pensiones de jubilación que
recibimos los Colombianos.
Un alto porcentaje
de los pensionados, a dudas penas recibe el equivalente a un salario mínimo
mensual, menos el 12 por ciento deducible por la derecha, para lo referente a
Salud.
Muchas de las
pensiones mencionadas llegaron a ese monto (salario mínimo vigente) por gracia
y efecto de un decreto que establece que la pensión mínima debe ser esa, porque
para los ingresos de los trabajadores colombianos y el promedio en tiempo
aplicado para su cálculo, están muy lejos de acercarse a esa cifra.
Los señores padres
de la Patria, magistrados y otra sarta de burócratas reciben pensiones
millonarias que fácilmente sobrepasan los $25.000.000 de pesos mensuales y tal
como lo expresa de manera magistral Matador en la caricatura inserta, se les trata
de quitar sus altas pensiones, cometiendo un acto de injusticia.
El régimen aplicado
a los Colombianos de otra especie, les permite pensionarse con el 75 por ciento
del mejor salario del último año, cuando el resto de colombianos recibe poco más
del 60% del promedio del sueldo percibido de los últimos 10 años.
Hoy leí en el periódico
El Tiempo y en declaraciones del actual ministro del trabajo, que de los
22.000.000 de colombianos activos solo el 6 % alcanzará a pensionarse, lo que
traduce que de una u otra manera, el 94%, 20.700.000 colombianos,
se convertirían de una u otra forma una carga para sus familias o el mismo
estado.
Así mismo, el
ministro anunció que el Gobierno tiene preparada una reforma pensional,
dirigida a atender los tres retos: cobertura, equidad y sostenibilidad fiscal.
Ya veremos en qué termina.
Siempre buscamos
culpables y con dedo acusador, los culpables somos nosotros, todos nosotros,
que hemos venido aceptando de manera pasiva los atropellos que con carácter de Ley
aprueba del Congreso de la República y sanciona el Presidente de Turno.
En Colombia se ha
permitido que algunos empresarios jueguen con los contratos de trabajo, de tal
manera, que además de salarios de hambre, burlan el pago de la seguridad social,
negándole a los trabajadores la posibilidad de hacer aportes al régimen de
pensiones y terminar en el tiempo, desamparados.
Es indignante y
produce rabia profunda, el ver en el día a día personas con dificultades físicas
y de salud saliendo a buscar el pan de cada día sencillamente porque fueron víctimas
del atropello de malos patronos que no se preocuparon por ellos en el tema de
la seguridad social y que el gobierno con su silencio y los de la “vista gorda”
nunca hicieron nada por corregir.
Y lo peor, la historia continúa......
Y lo peor, la historia continúa......
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